Karl Marx. Tesis sobre Feuerbach
Karl Marx
Tesis sobre Feuerbach
Escrito en alemán por Karl Marx en la
primavera de 1845. Fue publicado por primera vez por Friedrich Engels en 1888
como apéndice a la edición aparte de su Ludwig Feuerbach y el fin de la
filosofía clásica alemana.
[I] El defecto fundamental de todo el
materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas,
la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero
no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo.
De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición
al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente,
no conoce la actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos
sensoriales, realmente distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él
concibe la propia actividad humana como una actividad objetiva. Por eso, en La
esencia del cristianismo sólo considera la actitud teórica como la
auténticamente humana, mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma
suciamente judaica de manifestarse. Por tanto, no comprende la importancia de
la actuación "revolucionaria", "práctico-crítica".
[II] El problema de si al pensamiento
humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico,
sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que
demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su
pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se
aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico.
[III] La teoría materialista de que los
hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que por
tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de
una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que
hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser
educado. Conduce, pues, forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las
cuales está por encima de la sociedad (así, por ej., en Robert Owen).
La coincidencia de la modificación de
las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse
racionalmente como práctica revolucionaria.
[IV] Feuerbach arranca de la
autoenajenación religiosa, del desdoblamiento del mundo en un mundo religioso,
imaginario, y otro real. Su cometido consiste en disolver el mundo religioso,
reduciéndolo a su base terrenal. No advierte que, después de realizada esta
labor, queda por hacer lo principal. En efecto, el que la base terrenal se
separe de sí misma y se plasme en las nubes como reino independiente, sólo
puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradicción de esta base
terrenal consigo misma. Por tanto, lo primero que hay que hacer es comprender
ésta en su contradicción y luego revolucionarla prácticamente eliminando la
contradicción. Por consiguiente, después de descubrir, v. gr., en la familia
terrenal el secreto de la sagrada familia, hay que criticar teóricamente y
revolucionar prácticamente aquélla.
[V] Feuerbach, no contento con el
pensamiento abstracto, apela a la contemplación sensorial; pero no concibe la
sensoriedad como una actividad sensorial humana práctica.
[VI] Feuerbach diluye la esencia
religiosa en la esencia humana. Pero la esencia humana no es algo abstracto
inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones
sociales. Feuerbach, que no se ocupa de la crítica de esta esencia real, se ve,
por tanto, obligado:
A hacer abstracción de la trayectoria
histórica, enfocando para sí el sentimiento religioso (Gemüt) y presuponiendo
un individuo humano abstracto, aislado.
En él, la esencia humana sólo puede concebirse como "género", como una generalidad interna, muda, que se limita a unir naturalmente los muchos individuos.
En él, la esencia humana sólo puede concebirse como "género", como una generalidad interna, muda, que se limita a unir naturalmente los muchos individuos.
[VII] Feuerbach no ve, por tanto, que
el "sentimiento religioso" es también un producto social y que el
individuo abstracto que él analiza pertenece, en realidad, a una determinada
forma de sociedad.
[VIII] La vida social es, en esencia,
práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo,
encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de
esa práctica.
[IX] A lo que mas llega el materialismo
contemplativo, es decir, el materialismo que no concibe la sensoriedad como
actividad práctica, es a contemplar a los distintos individuos dentro de la
"sociedad civil".
[X] El punto de vista del antiguo
materialismo es la sociedad "civil; el del nuevo materialismo, la sociedad
humana o la humanidad socializada.
[XI] Los filósofos no han hecho más que
interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de
transformarlo.
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